lunes, 27 de mayo de 2013

Friedrich Nietzsche






Friedrich Nietzsche


La influencia de Nietzsche en la posmodernidad.

Nietzsche señala que nuestra cultura se ha puesto en contra de la razón, una razón instrumental, y se cuestiona la creencia en una verdad objetiva, universal, ya que la realidad ha sido aprisionada por los medios de comunicación, que la componen y recomponen, desfigurándola. Proclama la muerte de Dios que significa, asimismo, la muerte de la razón y de la metafísica. La necesidad de Dios, de lo absoluto ya no es tan importante en la conciencia del hombre moderno, Dios ha muerto porque los hombres lo han matado, y ésta es la premisa dar rescate de una nueva época, de una transformación del género humano que concluirá con lo que Nietzsche designa como el advenimiento del superhombre, del hombre nuevo que está más allá del bien y del mal.





Etapas filosóficas de Nietzsche.

En el desarrollo de las concepciones filosóficas de Nietzsche se advierten, en general, tres etapas:
1.    En un primer periodo de carácter romántico tiene la influencia de Arthur Schopenhauer y Richard Wagner. Escribe el origen de la tragedia y consideraciones intempestivas.
2.    En una segunda etapa se aleja del ideal romántico para perfilarse como un investigador y conductor de la cultura humana. Destacan en este periodo obras como: Humano, demasiado humano y Aurora.
3.    En su última etapa de pensamiento surge su obra magistral: Así habla Zaratustra. Es en esta etapa de su producción filosófica y literaria donde el filósofo alemán anuncia un nuevo ideal de existencia humana encarnada en el superhombre, así como una transmutación o cambio radical de todos los valores generalmente aceptados.

Nihilismo estático.
El nihilismo, del latín nihil que significa nada, alude a una doctrina que declara que nada posee una existencia real. Y en este sentido Nietzsche ve signos de nihilismo en la metafísica, en la moral y en la religión cristiana de su tiempo que revela síntomas de decadencia. El nihilismo surge con el fracaso de todo sentido, de que no hay verdad ni cualidades absolutas de las cosas. Aquí estamos frente a un nihilismo que Nietzsche denomina estático en el que los antiguos sentidos de la religión, la fe, la felicidad, la filosofía, la sabiduría, etc., ya no tienen significación porque todo se supera, envejece, agoniza y finalmente muere.

Valores Supremos para Nietzsche.
El nihilismo se expresa en la fatiga de la voluntad de poder, en la que se exalta a los débiles y desamparados, en la que la compasión, la misericordia, la resignación y el sacrificio se convierten en valores máximos en detrimento del surgimiento de un hombre nuevo, del superhombre depositario de genuinos valores como la fortaleza, los impulsos vitales y la voluntad de dominio. Con respecto a los valores, el nihilismo significa la devaluación de los valores supremos que se han tomado como principios del actuar humano. Carecen de credibilidad porque corresponden a entidades ideales e ilusorias que no pueden tomar asiento en el mundo real y concreto en donde realmente se ubica la vida. Por tanto, los valores supremos universales que daban un sentido y fundamento al mundo y al actuar humano, han perdido su valor. Y cuando los valores supremos, entran en decadencia y han sido derrumbados, entonces el hombre ya no tiene en quién apoyarse, en quién sustentarse por lo que no le queda otra cosa que flotar en el vacío, en la nada.

La muerte de Dios.
La muerte de Dios, que significa, asimismo la muerte de la razón y de la metafísica. La necesidad de Dios, de lo absoluto ya no es tan importante en la conciencia del hombre moderno. Dios ha muerto porque los hombres lo han matado. El anuncio de la muerte de Dios, el núcleo de la reflexión de Nietzsche, indica el progresivo declive en la cultura del hombre moderno de todas aquellas filosofías, religiones e ideologías, que en el pasado cumplían la tarea de ilusionarlo y consolarlo.

Sobre verdad y mentira.
Un hueste en movimiento de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realizadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que son: metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y no son ahora ya consideradas como monedas, sino como metal.

Vitalismo.
La transmutación de los valores significa una inversión de valores donde los valores tradicionales son cambiados por otros que se consideran superiores. La filosofía de Nietzsche está enteramente expresada en los principios de una nueva valoración, que comprende la subordinación del conocimiento a la necesidad vital, a la formación de una lógica para la vida “vitalismo”, a un nuevo criterio de verdad donde el sentimiento de dominio, la negación de lo universal y necesario, la lucha contra todo lo metafísico y absoluto es lo que realmente vale.

Transmutación de los valores.
La transmutación de los valores implica una destrucción de la filosofía y de su historia. En lugar de los valores morales aparecen los valores naturales que fomenta la vida. De acuerdo, con esta transmutación de valores, las virtudes cristianas que antes eran paradigmáticas tales como la humildad, la resignación, la obediencia, la abnegación, la caridad, deben ser cambiados, transmutados a favor de la moral del superhombre, es decir, por el orgullo, el poder, la fuerza, el dominio, la valentía, la audacia, la virilidad y todo aquello que fomente o desarrolle la sed de vivir.

Nihilismo pasivo y activo.
Este enfrentarse a un nihilismo decadente o pasivo, origina una nueva manera de ver el nihilismo: el nihilismo activo y positivo que señala la capacidad del superhombre para aceptar la dimensión de la nada, la falta de objetivos y de sentidos como esencia de la vida terrena, la única con la que se cuenta. El nihilismo pasivo es una consecuencia de la muerte de Dios, el nihilismo activo es una fase necesaria para la aparición de un nuevo momento en la historia de la cultura.

Eterno retorno.
Según el eterno retorno los momentos vividos y las diversas situaciones se habrán de repetir. Esto nos parece un fatalismo, sin embargo, dentro de él, el hombre encontrará un sentido a su existencia, unas ganas incontenibles de vivir. El medio para sobrellevar la doctrina del “eterno retorno” es la transmutación de todos los valores, a la que nos hemos referido. Creo que lo que se entiende es que el eterno retorno es sustituto a la religión, ya que dice que todo se repetirá, siento que en como un tipo de karma, que la iglesia o la religión no lo maneja así.


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